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Sunday, March 26, 2006

Elefantes marinos... Posted by Picasa

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La única gran decepción, los elefantes marinos, los miramos desde unos 200 metros y sólo se veían como grandes bultos acostados. Por lo tanto, fotografié la información que brindaban acerca de ellos, así buscaré fotos en Internet. Posted by Picasa

Yo, sin embargo, siempre a la caza de platos exóticos, pedí un calamar relleno... y me lo trajeron completito, con cola y todo (por suerte, no la cabeza). ¡Exquisito! Posted by Picasa

En el restaurante Simona, el único lugar que pudimos conseguir fue bastante especial... Pero no fue obstáculo para Jorgelina que pidió abadejo, un rico pescado. Posted by Picasa

Había muchos pingüinos, casi todos parados a la entrada de sus cuevas, algunos despiertos y acomodándose las plumas, otros, dormitando. Posted by Picasa

!El protagonista de nuestra aventura! !El pingüino! Posando para nosotros a poco más de un metro de distancia, a la entrada de su cueva. Posted by Picasa

¿No es bonito? Posted by Picasa

Aunque por el camino vimos corderos patagónicos y guanacos (patagónicos), no logramos ver al armadillo peludo (que se nos atravesó en el camino un par de veces) hasta llegar a Punta Cantor, donde descubrimos que es más común de lo que pensábamos y que había que tener cuidado para no llevarnos uno escondido de polizón. Es familia del almiquí cubano, fósil viviente que sólo se encuentra en los bosques de Baracoa. Posted by Picasa

Como no podríamos ver las ballenas, fuimos hasta el Museo de la Península de Valdés para saber lo que nos perdíamos... Posted by Picasa

Jorgelina estaba ilusionada con las rabas "patagónicas". Todo en Puerto Madryn es patagónico... Posted by Picasa

En la Cantina del Atlántico, probando la cazuela de mariscos y la picada caliente. Posted by Picasa

En la Cantina del Atlántico, probando la cazuela de mariscos y la picada caliente. Posted by Picasa

Para refrescar las patitas y ponerlas a 10º C, un paseo en "patas". Posted by Picasa

La escasa pendiente de la costa / playa de Puerto Madryn hace que los cambios de marea (de hasta 10 a 15 metros!!!) descubran hasta 300 m de playa. Al parecer ya hubo interesados en aprovechar estas mareas para la generación de energía, poniendo en peligro todo el ecosistema. Posted by Picasa

Escalando una pequeña "montaña" para dejar la costa y comenzar a recorrer la costanera. Posted by Picasa

Uno de los monumentos de Puerto Madryn a un hecho sin precedentes, la convivencia pacífica entre los galeses y los aborígenes de la región... Increíble, pero cierto. Posted by Picasa

El fotógrafo ausente en el resto de las fotografías... en el puesto de observación de la lobería. Posted by Picasa

Kiara, la mamá, no tan grande, pero igual de cariñosa. Posted by Picasa

Soe, la bebé, más grande que su mamá y celosa del cariño de todos. ¡¡¡Ni un gramo de grasa extra!!Posted by Picasa

En casa de Carlos, disfrutando la compañía de Kiara y Soe, madre de hija, cariñosas boxers... Posted by Picasa

Un paseo por las dunas, donde acaba el camino de ripio al sur de Puerto Madryn.
Con un frío de mil demonios, un viento huracanado y el Renault Mégane como cortina rompeviento, bebiendo mate, comiendo facturas y disfrutando del Sol con alto contenido de UV (cortesía del hueco de la capa de ozono del hemisferio sur). Sólo faltaba hacer motocross sobre las dunas para estar en el Paraíso. Posted by Picasa

Lobería al sur de Puerto Madryn, visible desde lo alto del acantilado.
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